Contribución desde philosophical impressions.
Abraham no desea el sacrificio de su hijo, porque lo más natural es que lo ame, más aún habiendo sido esperado durante tanto tiempo. También confía en Dios, tiene fe en Él, lo ama, le está profundamente agradecido por el niño. Porque tuvo fe en Dios ahora puede amar a su hijo. No es una cuestión de contraposiciones: la obediencia a Dios contra el amor al hijo. Pero sí percibimos una subordinación: el amor al hijo se subordina al amor a Dios, que en el caso de Abraham se comprobará en una prueba irrepetible. Como Thomas Mann hace ver en su relato, la prueba del patriarca es del todo singular, única, no podrá haber otra similar para quien conozca la historia. [Seguir leyendo]