Uno de los bienes ante el que nos parece que no podemos renunciar es la amistad. Parece imposible dejar de lado a nuestros amigos y alcanzar la felicidad a la vez. Pero, a veces, nos alejamos de su compañía y buscamos nuestros intereses porque creemos que sin alcanzar lo que deseamos tampoco podremos ser felices. ¿Cómo es posible hacer compatible ambas cosas?
Aristóteles apunta que la verdadera amistad se da, principalmente, entre los buenos o virtuosos, «porque lo absolutamente bueno o agradable se considera amable y elegible, y para cada uno lo bueno y agradable para él, y el bueno es amable y elegible para el bueno por ambas razones La amistad recíproca requiere elección, y la elección procede de un modo de ser y los amigos desean el bien de los que aman por sí mismos, no en virtud de una afección, sino de un modo de ser. Cada uno ama, pues, su propio bien, y devuelve lo que recibe en deseo y placer; se dice, en efecto, que la amistad es igualdad, y esto se da, sobre todo, en la de los buenos» (EN VIII, 5, 1157b 25-35).
La aproximación de este filósofo nos puede parecer enigmática. Sin embargo, sus escritos sobre la felicidad y la amistad encierran una serie de reflexiones que nos ayudarán a comprender mejor estos temas. Y lo que es mejor, nos podrán servir para comprender mejor nuestras propias amistades, y el papel que juegan en nuestra vida diaria y nuestra búsqueda de la felicidad.
A continuación, puedes ver el resumen de conceptos tratados en clase de Ética sobre la Felicidad y la Amistad en Aristóteles. Libros VIII y IX de la «Ética a Nicómaco».
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